El Morredero, despropósito transparente

Señal de carretera indicando el Morredero. 22 nov. 2008. Foto: Enrique López Manzano.

Ayer, la Asociación Cultural Ecobierzo publicó un artículo poniendo en tela de juicio la pregonada, -por Transparencia Internacional España-, claridad del Ayuntamiento de Ponferrada. No es la primera vez que Ecobierzo lo hace, basándose en la información a la que tiene acceso.

Desde luego resulta poco creíble que, por no se sabe que maravilloso arte de birlibirloque, el Ayuntamiento de Ponferrada pase de un año a otro a convertirse en uno de los más transparentes, cuando el año anterior se situaba en el furgón de cola.

Para que ocurriese algo así habríamos necesitado, como mínimo, un cambio de dirección política que transformase por completo a nuestro Ayuntamiento en algo que no es en estos momentos. Y eso solo ocurre en las películas. Por lo demás, seguimos con el mismo alcalde, los mismos ediles populares y los mismos técnicos.

La verdad es que cuando uno se entera de que el baremo para clasificar los municipios según su transparencia se realiza utilizando cuestionarios que los mismos ayuntamientos rellenan apenas si se lo puede creer. Ahora comprendemos cómo el Ayuntamiento de Sabadell, que estaba absolutamente corrompido, pudo colocarse en cabeza de la transparencia, desacreditando de paso con tal apreciación a la organización que lo encumbró a ese puesto. Es una historia que nos facilitó la comprensión del asunto. Es decir, que si antes nuestro ayuntamiento no respondía al cuestionario de marras ahora se inventaba las respuestas. Una opinión compartida por el edil en la oposición municipal, Ángel Escudero, del Movimiento Alternativo y Social (MASS), quien publicó unas reflexiones parecidas. En la hemeroteca las encontraréis.

Por otro lado, la semana pasada, el Ayuntamiento de Ponferrada anunció el Plan Especial del Morredero, que pretende construir una macroestación de esquí en un espacio de la Red Natura 2000, invirtiendo 33 millones de euros en la operación. Germán Valcárcel es el alcalde pedáneo de San Cristóbal de Valdueza, un municipio situado en la zona, y lo es desde hace bastantes años. Le citamos aquí porque su visión sobre el asunto del Morredero coincide sustancialmente con la nuestra. Además, al ser la población que preside como pedáneo una de las más afectadas por la futurible estación de esquí nos parece que él es una persona idónea para opinar sobre este asunto.

Mientras tanto el alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco, un día habla de la creación de 500 puestos de trabajo indirectos relacionados con la estación, y al día siguiente de 500. Es decir, medio millar de empleos desaparecidos de un plumazo en escasos meses. Un discurso, como mínimo, poco serio.

Hoy publicamos aquí un artículo de Germán Valcárcel sobre el Morredero. Una opinión que compartimos.

Ecobierzo.org.

El Morredero, despropósito transparente, por Germán Valcárcel.

El alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco, y la presidenta de la Diputación Provincial de León, Isabel Carrasco, firman un acuerdo ilegal de financiación del Morredero, al situarse éste en una zona protegida de los Montes Aquilianos. 20 diciembre 2010. Diariodeleon.es.

El alcalde de Ponferrada anunció, el pasado mes de diciembre, que sometería a información pública el Plan Especial del Morredero durante el próximo mes de febrero.

El proyecto, según parece, presentado en la Comisión de Urbanismo y sobre el que no consta que la oposición haya expresado, públicamente, ninguna valoración, opinión ni (por supuesto) aclarado su posicionamiento, ha sido aprobado inicialmente (hoy viernes día 25) por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Ponferrada para su publicación en el BOCYL y el BOP.

En palabras del señor López Riesco, la Oficina de Desarrollo Local ha puesto en valor la estación de esquí a la hora de crear empleo. Vamos, le ha hecho un traje absolutamente transparente y a medida, similar a los invisibles beneficios que reportará a El Bierzo el Mundial de ciclismo de 2014.

A la vista de estos hechos podemos deducir que lo de la estación de esquí en el Morredero va en despropósitos, diga sin vergüenza alguna que este proyecto, a mayor gloria del despilfarro y la gilipollez, precisa de una inversión pública de treinta y tres millones de euros (cinco mil quinientos millones de las antiguas pesetas). Si el capricho del alcalde -y de algún amiguete hostelero- fuera una broma, no tendría puta gracia y menos en los tiempos que corren, además de por lo ocurrido con otras “inversiones” municipales como el auditorio, el rocódromo, la infrautilizada ampliación para usos educativos del Museo del Ferrocarril y Estación Arte, y teniendo como ejemplo las ruinosas experiencias, ya contrastadas, de otras estaciones cercanas -Manzaneda, Béjar (el destructivo y especulativo modelo según doña Susana Tellez), Leitariegos y San Isidro-; pero, como encima no lo es, la cosa es aún mucho más grave.

Con unos recortes sociales brutales; subida de tasas y de precios de servicios municipales sangrantes; ampliación de la zona azul; biblioteca municipal sin wifi y compras para libros congeladas; farolas apagadas por toda la ciudad; reducción generalizada en todos los servicios municipales, excepto en las dedicaciones exclusivas; simplemente por ética y estética esa aspiración ofende, y mucho. Sin entrar, ni siquiera, a valorar la legalidad de la propuesta.

El Morredero, el Valle del Oza, los Aquilanos en general, son parajes repletos de una importante flora endémica y de veredas recorridas por los corzos, el jabalí y los lobos, y últimamente, afirman, también por osos, plantígrados que intentan esconderse de los humanos y, en el silencio de sus profundos valles, seguir danzando con el tiempo, lejos de los curiosos. Estos parajes siempre fueron una obsesión para este regidor, transmutado en feroz depredador medioambiental, incapaz de ver en ellos otra cosa que no sea una caja registradora detrás de cada árbol, de cada roca, de cada planta y en el rumor de sus cristalinos ríos y arroyos escuchar otro sonido que el tintineo de monedas, y al que el silencio, la belleza, la armonía de este territorio y la autenticidad del mundo rural parecen irritarle y molestarle.

Los proyectos para el Morredero y el Pajariel están basados en la destrucción de su mejor patrimonio: la riqueza medioambiental y paisajística.

Instalaciones de esquí en la falda del Morredero. 22 noviembre 2008. Foto: Enrique López Manzano.

A este ecocida, las múltiples y restrictivas protecciones medioambientales -tanto europeas, como nacionales o autonómicas- parecen incapaces de frenarle. Todos los proyectos diseñados -Morredero y Pajariel- para esa parte del municipio están basados en la destrucción del mejor patrimonio que posee: su riqueza medioambiental y paisajística.

Mientras, pueblos de la zona tan emblemáticos como San Pedro de Montes, carecen de calles dignas de ese nombre y el resto, repletos de ancianos, adolecen de los más mínimos servicios sociales o de asistencia sanitaria. Aldeas casi sin vida que derraman lentamente el paso del tiempo y llevan veinte años con la infundada esperanza de que alguna administración haga algo por ellas.

Tampoco se puede, ni se debe, esperar otra cosa de un alcalde que pasará a la historia de Ponferrada por haber transformado la ciudad en un enorme y engañoso decorado de cartón piedra y laminado plástico, tras el que se esconde la especulación y el enriquecimiento fraudulento de una minoría afín. También lo hará por ser el más eficaz incumplidor de las leyes, el más transparente y eficiente a la hora de vaciar las arcas municipales y dejar las finanzas con una deuda que deberán pagar las futuras generaciones de ponferradinos y especialmente como el que más, ha emponzoñado la vida política del municipio. Otra de las hazañas por las que será recordado es por haber conseguido que, a base de transparencia, las sentencias condenatorias por delitos urbanísticos y de gestión de personal terminen siendo invisibles.

El regidor ponferradino se ha ganado a pulso, hace ya mucho tiempo, que la democracia le baje los humos; más que su ideología, con independencia de compartirse o no, le pierde ese aire de perdonavidas que gasta. Ni siquiera se puede llamar arrogancia, sino simple y llanamente chulería; esa actitud de señorito cortijero rodeado de palmeros le procura esa indiferencia, impostada o no, a la que recurre. López Riesco, por otra parte, quedará como reflejo de un tiempo en que la honradez y el respeto a las leyes no cotizaban en la bolsa del mercado electoral de una ciudad que padecía el cáncer de la ludopatía, ante la indiferencia suicida de unos habitantes idiotizados y encanallados con las baratijas multicolores de una falsa y provinciana modernidad.

Germán Valcárcel. Alcalde pedáneo de San Cristóbal de Valdueza. 25/01/13.

[DEPRESIONES] El Morredero, despropósito transparente. 25/01/13. Bierzocomarca.eu.